Como meter mano?
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Son muchas las mujeres que llegan a consulta y se cuentan como ‘intenta seducir’ a su pareja.
“Entra en la habitación y me coge una teta”, “cuando menos me lo espero me mete la mano en el culo”, “me pellizca los pezones”, “me toca directamente en los genitales”, “mete sus dedos en mi vagina, sin más “, etcétera.
Y estas mujeres, en su mayoría, no me describen estas situaciones como excitables, agradables o como parte del juego erótico. Las viven como una molestia. Y a mí me trasladan a la idea de este hombre poco hábil sexualmente, como el cromañón que describí hace tiempo que sólo mira por su propio placer.
Perciben los hombres que estas situaciones no excitan a su pareja? Saben que, en realidad, ponen más distancia sexual entre ellos? Yo creo que no. Precisamente la intención de acercarse a su mujer y tocarla es la de demostrarle que la desea, que la quiere y, incluso, que quiere hacer el amor con ella. Pero este mensaje no se recibe por parte de la mujer. La mujer, muchas veces, sólo ve a su pareja que se acerca (con cierto aire baboso, dicen algunas) a tocar los pechos o los genitales. Y lo que acaba creando esta situación es un rechazo de ella hacia él. Y esto es un efecto rebote porque, evidentemente, no es lo que él quiere conseguir.
Como conseguimos que las intenciones de uno no se perciban del revés por el otro? Pues cambiando la estrategia (por parte de él) y ampliando la zona de juego (por parte de ella).
Una de las demandas que hacen muchas de las mujeres que me explican estas situaciones es que la pareja sea un poco más sutil o no vaya tan directo al grano … o que se trabaje un poco el terreno antes de pisarlo. Por ejemplo:
- Si él tiene muchas ganas de acariciarlo el pecho a su pareja para que le excita el hacerlo. “Que me lo diga” me cuentan muchas mujeres, es decir, que él le cuente todo lo que excita viéndola y las ganas que tiene de acariciarla. Quizás así, la mujer baje la guardia y comience también a excitarse.
- “Y que me lo diga al oído flojito”, me comentan algunas mujeres. Y así, tal vez los apetecerá que luego él le coja el pecho.
- O que comience a tocar por los “alrededores” del pecho o de los genitales para provocar un poco las ganas.
Un truco para él: si alguno de estos ejemplos te funciona, sigue haciéndolo si no cambia la estrategia (a veces, la clave está en cambiar de estrategia si siempre que le metes mano en el culo a tu pareja te rechaza ‘prueba algo diferente!)
La diferencia entre estas situaciones y las anteriores depende de una sola cosa: la excitación. Cuando un hombre toca los genitales de una mujer sin que ella esté excitada puede ser habitual que ella responda con rechazo pero si lo hace una vez la mujer está en estado de excitación, esta caricia será bienvenida.
Todas las mujeres que me contaban el rechazo que sentían por cómo sus parejas las tocaban no estaban excitadas en ese momento … en cambio el hombre tal vez ya estaba excitado por la simple idea de tocar a su pareja.
Un consejo para ella: sé tú quien empiece el juego, de vez en cuando en su pareja le encantaría que tomaras la iniciativa y le metieses mano.
En definitiva: tenemos “tempos” diferentes … la cuestión es equilibrar y ayudarnos a conocernos mejor no os parece? No es tan difícil, forma parte del aprendizaje de nuestro sexo.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_column_text]
Artículo publicado en
El Periódico
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