Somos de ritmos sexuals distintos, qué hacemos?
Una demanda habitual en terapia es cuando a una persona le gusta el ritmo lento durante las relaciones sexuales y la otra va súper rápido. Y entonces los puntos de placer es difícil que se encuentren. Hemos crecido viendo imágenes de encuentros sexuales fugaces: 4 besos y ya se desabrochan los pantalones y, evidentemente, van a por la penetración. Esto puede ser maravilloso y fantástico cuando estás a un alto nivel de excitación pero si no estás tan excitada puede ser algo que acabe antes de que tú hayas empezado a sentir excitación y placer. Y una relación sexual puede convertirse en un mal momento en lugar de un momento de deseo y placer.
Hace años apareció un anuncio de lubricante de la marca Durex, el Durex Mutual Climax. Se veían dos vinilos, uno rosa con el símbolo femenino y uno azul con el símbolo masculino. Música ralentizada cuando funciona el vinilo rosa y música hiperacelerada cuando funciona el vinilo azul. Los dos suenan al mismo tiempo y no se sostiene por ninguna parte el resultado de la música que suena. Cambian los ritmos para equilibrarse. Acelera a la chica y retrasa al chico.

No me desagrada la idea de equilibrar los ritmos. Evidentemente una relación sexual será más placentera si encontramos unos ritmos que vayan bien a las personas que están jugando. Sin embargo, mi crítica a la idea del anuncio (que evidentemente va dedicado a las parejas cisheterosexuales) es que no siempre el equilibrio de ritmos debe implicar que entonces se llegue al orgasmo simultáneo. Que, en el fondo, es el objetivo del anuncio: hacer creer que con unos lubricantes se puede conseguir que ellas (que son muy lentas) y ellos (que van demasiado acelerados) encuentren el punto de equilibrio y placer perfecto para orgasmar al mismo tiempo. Como si esto fuese la máxima aspiración de las relaciones sexuales. Los orgasmos, durante la penetración (evidentemente) y al mismo tiempo.
¿Te imaginas? con unos lubricantes puedes conseguir algo muy difícil con el modelo de sexualidad que hemos aprendido. Y si todo fuera cuestión de comprar un lubricante, la sexualidad sería muy simple. Por fortuna, las relaciones sexuales son algo más complejo y mucho más rico que intentar acelerar o frenar con un producto.
¿Y qué hacer si tenemos ritmos muy diferentes?
Yo soy partidaria de ampliar el abanico de posibilidades, es decir: Si a ti te gusta mucho disfrutar del sexo lentamente quizás también puedes aprender cómo lo disfrutarías si fueras un poco más rápido. Y si sólo te excitas si vas muy rápido, puedes intentar averiguar cómo subir la temperatura de tu cerebro erótico si juegas a ritmo lento. Enseñaros cómo hacerlo. Buscad aquellas cosas que le hagan excitarse más, independientemente del ritmo que llevéis.
Lo importante es que las personas con las que estés compartiendo las relaciones sexuales os lo paséis bien y disfrutéis. No importa en qué momento llegue al orgasmo, si al mismo tiempo o primero una y después la otra o las otras.
El truco está en vuestro cerebro y, para ello, es necesario aprender a disfrutar de las sensaciones en diversas situaciones y ritmos.
Esta es una de las tareas que haremos en el Confidències. Quieres una de las plazas?