Cromañones en la cama
[vc_row][vc_column width=”2/3″][vc_column_text]Hay hombres que se han quedado en la prehistoria con respecto a la sexualidad. No todos, por supuesto. Pero quizás a alguien se le ha colado un “cromañón” en casa … Vamos a conocerlos. ¿Cómo puedo saber si tengo un cromañón en casa?
Es muy sencillo reconocerlo. Las características de quien se ha quedado en la prehistoria en todo lo relacionado con la sexualidad son:
– Vivir la sexualidad como un hecho puramente de alivio: una necesidad fisiológica, una descarga, sólo un conjunto de sensaciones concentradas en el orgasmo.
– Pensar en el sexo reduciendo mucho el terreno: básicamente dando importancia a los genitales olvidando del resto del cuerpo y convirtiéndose en una persona “genitocentrista”.
– Tener una visión excesivamente egoísta de la sexualidad: sólo importa el propio placer y no se piensa en el de la pareja.
– Ir directo al grano: sin entrar en el juego, yendo directamente y dando excesiva importancia a la penetración ( “coitocentrismo”) y viendo la masturbación o el sexo oral como un preliminar de lo que realmente importa: penetrar.
Aviso importante: se puede ser más o menos cromañón en función de si se tienen todas las características o sólo algunas, o de la cantidad de cada una que se lleve incorporada. Vamos a interrelacionar los cuatro puntos anteriores:
Nos podemos encontrar ante un hombre que, al ver la relación sexual como un alivio, sólo espere y piense en el momento del orgasmo y no esté con ganas ni vea el motivo para alargar un poco el placer que se puede obtener antes de llegar a este momento de máximo placer.
Por tanto, si no quiere entretenerse y quiere llegar al orgasmo como finalidad de la relación sexual, buscará la estimulación más directa sobre sus genitales (viéndolos como la única fuente de placer en las relaciones sexuales) y se olvidará de toda la piel que recorre su cuerpo, incluso sin sentir gran cosa cuando lo acarician en alguna zona fuera del terreno genital.
Dará tanta importancia al placer y el alivio que siente en el momento del orgasmo que incluso puede llegar a olvidarse que está jugando con su pareja y se centrará exclusivamente en su propio placer. Desgraciadamente, son muchas las mujeres que acuden a consulta que se sienten como si fueran puros objetos sexuales que sirven para el placer de su pareja. “Es como si se masturbara en mí”, dicen algunas pacientes que vienen a consulta.
Y, por último, muchos de estos hombres se centran única y exclusivamente en tener penetración y a través de esta práctica obtener su placer. Olvidando, como decíamos antes, que las personas (sexualmente hablando) son mucho más que un pene y una vagina. Nos encontramos en una sociedad que da mucha importancia a la penetración y los hombres que se centran en jugar solamente a este juego suelen verlo como el único capaz de proporcionar placer.
Y si nos encontramos ante alguien que quiere descargar, que ve la sexualidad de forma genital, que busca su propio placer y que busca constantemente la penetración, no me extraña la frase que más de una vez he escuchado en terapia dicha para muchas mujeres: “Me hace sentir como si fuera sólo un agujero”. Si a esto le sumamos que la vagina no tiene porque ser especialmente sensible y sentir gran placer … muchas mujeres se sienten como un agujero que no nota nada, sin ninguna sensación (y menos si quien los acompaña en la cama no está dispuesto a jugar un poco …).
Cuanto más anclado esté un hombre en los cuatro puntos anteriores, más difícil será el juego y el baile sexual con la pareja.
Si te reconoces en alguno de estos puntos, te recomiendo que puedas ampliar tus horizontes sexuales y quizás disfrutar más de tu sexualidad en pareja.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_column_text]
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